Una vez la persona ha sido expuesta al virus SARS-Cov2, los niveles de  anticuerpos irán aumentando progresivamente hasta alcanzar niveles detectables entre 1 y 3 semanas posteriores al contacto; por lo que esta prueba permite detectar a aquellos pacientes con la infección activa y con varios días de evolución. Según los estudios de dinámica de generación de anticuerpos, la producción se agudiza a partir del sexto día después de iniciarse los síntomas. Por lo anterior, las técnicas de detección de anticuerpos dependerán de la respuesta inmune del paciente y el momento en que se realice la toma de la muestra. En nuestro laboratorio comprendemos el alcance de un diagnóstico acertado, por lo que nuestras pruebas se han seleccionado de acuerdo con el desempeño que la prueba alcanza con criterios como sensibilidad, especificidad, la validación clínica y la aplicabilidad. Esta prueba es de tamizaje y todos los resultados positivos deberán ser complementados con técnicas de diagnóstico molecular como RT-qPCR.

• Un resultado negativo puede ocurrir si la cantidad de anticuerpos antiCOVID-19 presentes en la muestra está por debajo de los límites de detección del ensayo, o bien, si los anticuerpos a detectar no están presentes durante la etapa de la enfermedad en la que se encuentra el paciente.
• Adicionalmente y, dada la sensibilidad y especificidad propias de todas las pruebas rápidas, algunos casos pueden dar resultados negativos o positivos sin realmente serlo. Esto sucede entre el 3 y el 10% de los casos.
• Las pruebas rápidas proporcionan el resultado de acuerdo con la condición de salud de la persona en el momento de la toma de la muestra y evalúa si ha generado o no anticuerpos contra el virus. Dado que la infección puede ocurrir en cualquier momento, se sugiere realizar la prueba por lo menos dos veces al
  mes. En los casos positivos es necesaria la confirmación por técnicas de biología molecular como RT-qPCR.

La muestra se obtiene mediante un hisopado nasofaringeo y/o lavado broncoalveolar.